TAGHIA        

El pueblo de Taghia

Taghia está situado en el Alto Atlas, 200 km al este de Marrakech, en la provincia de Azilal. Es un pueblo bereber de 600 habitantes dominado por un circo de grandes murallas de piedra caliza de color ocre. Se ubica a casi 2.000 metros sobre el nivel del mar y es uno de los últimos pueblos habitados del Atlas, al que se llega caminando dos horas y media desde el pueblo de Zaouiat Ahenesal. En la actualidad han comenzado las obras de una pista para acceder al pueblo mediante vehículos motorizados.

Abundantes manantiales proporcionan agua durante todo el año a fértiles campos a través de una red de canales, lo que posibilita que sus habitantes sean autosuficientes. Aproximadamente cien casas se aferran a una tierra de muchos colores en una colina que mira al sur. Así, este pueblo, en comparación con otros lugares habitados del Atlas, goza de un relativo confort y aunque los inviernos pueden ser duros allí, muchos jóvenes apuestan por quedarse. También cuentan con escuela que tiene una capacidad para 80 niños.

Durante los últimos veinte años, el desarrollo de la escalada en roca en las paredes que rodean el pueblo y su repercusión internacional, han llevado a sus habitantes a preparar infraestructuras para recibir a los escaladores, dotándolas cada vez de más comodidades. En los años noventa contaban con dos casas rurales históricas adscritas a la red GTAM (Grande Traversée de l’Atlas Marocain) y a día de hoy se están adecuando otras dos o tres más para acoger a los turistas que vamos llegando.

Este oasis en el corazón del Atlas es un lugar único. Allá arriba en las mesetas mirando al sur, podemos encontrar todavía algún pastor que vive en las cuevas con su rebaño de cabras, dispuesto a compartir sus vivencias con los escaladores, demostrando que una convivencia en armonía es posible. Todo esto gracias a la belleza de esta tierra y a la gran humanidad sus gentes que consiguen conmover nuestros corazones.

La escalada en Taghia

La exploración de las paredes del Cirque de Taghia permaneció en el anonimato durante mucho tiempo. En plena década de los setenta, los franceses visitan el lugar y abren los primeros grandes itinerarios. Los años 80 vieron la llegada de los escaladores ibéricos, pero fue en los inicios del siglo XXI cuando la escalada experimentó un desarrollo exponencial en Taghia. Escaladores de todas las nacionalidades abren sobre las grandes paredes, vías de gran belleza sobre roca de una calidad excepcional. Taghia se convierte en el destino predilecto para un perfil de escalador viajero.

Durante décadas los jóvenes de Taghia han visto a estos extraños turistas, vestidos con extraños ropajes y herramientas, escalar su montaña mientras ellos subían a las mismas con necesidades muy distintas como la de buscar una cabra extraviada.

Con el tiempo, la admiración de los escaladores hacia este lugar maravilloso ha transmitido a los niños de Taghia la pasión por la escalada. Hoy en día, algunos de estos jóvenes se han convertido en excelentes escaladores, hasta el punto de que son solicitados por Clubes de Rabat o Casablanca para tomar parte en competiciones. Los Mohameds, Saïds y Slimans están muy unidos a su pueblo y aspiran a poder vivir de su pasión y ser así actores de pleno derecho en el desarrollo de la escalada en Taghia.

En 2008, el prestigioso guía de montaña Christian Ravier publicó la primera guía de escalada en Taghia, donde se presentaron unas 150 rutas. La segunda edición vio la luz en 2019 y en esta ocasión aparecen más de 300 rutas que se localizan tanto en los alrededores del pueblo como más allá; al pie de los akkas, los cañones, donde todavía queda terreno virgen para los futuros aperturistas.